NO al Fracking en Entre Ríos

Represion a Comunidad Qom "LA PRIMAVERA" (video sin editar)

Informe Telenoche Investiga Represión QOM

lunes, 31 de octubre de 2011

Centro de Protección a la Naturaleza
Campaña "Paren de Fumigarnos!"
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"MODERNIDAD" QUE ATRASA
Glifosato y sucedános: Otro caso de pseudociencia

En Argentina llevamos más de quince años utilizando este “hallazgo milagroso” que en su país de origen (EEUU) está tocando a su fin, con más pena que gloria. El herbicida "glifosato" integrante del paquete tecnologico que conjuntamente con la siembra directa y las semillas trangenicas "RR" vino a reemplazar la labranza tradicional, con ahorro de combustible, conservación de suelo y humedad, aumento de productividad y disminución de la contaminación, resultó un verdadero fiasco, excepto para las empresas que lo producen.

“Estamos de vuelta donde estábamos hace 20 años, dijo Anderson, quien aró alrededor de un tercio de sus 3.000 hectáreas de campos de soja esta primavera”

La edición del New York Times del 04 mayo del año 2010 mostraba a Eddie Anderson lamentándose amargamente.

"Así como el uso intensivo de antibióticos ha contribuido al aumento de supergérmenes resistentes a los fármacos, el uso por los agricultores estadounidenses del herbicida Roundup ha conducido al rápido crecimiento de nuevas y tenaces supermalezas."

"Para combatirlos, el Sr. Anderson y agricultores de todo el Este, Medio Oeste y el Sur se ven obligados a rociar los campos con herbicidas más tóxicos, tirar de malas hierbas manualmente y volver a métodos más intensivos en mano de obra como arar."

El mismo artículo indica que “Monsanto y otras empresas de biotecnología agrícola están desarrollando cultivos transgénicos resistentes a otros herbicidas. Bayer ya está vendiendo el algodón y la soja resistente a glufosinato, otro herbicida. Más reciente es el maíz de Monsanto, tolerante a glifosato y glufosinato y la compañía es el desarrollo de cultivos resistentes al dicamba, un pesticida más. Syngenta está desarrollando la soja tolerante de su producto Calisto. Y Dow Chemical está desarrollando maíz y la soja resistente al 2,4-D, un componente del Agente Naranja, el defoliante utilizado en la guerra de Vietnam.” (1)

La “inexplicable" aparición de nuevas malezas en Argentina, disparó el "ingenio" de los ingenieros agrónomos educados bajo criterios exclusivamente productivistas, colonizados por la superchería de esta nueva bioingeniería agropecuaria, cuyas “ventajas” tienen tanto sustento como los pases del curandero del barrio (2), aunque presentada desde modernos laboratorios en muchos casos pagados por los mismos vendedores de humo (3). Los medios dominantes proporcionan la indispensable cobertura, en sorprendente sintonía con algunas reparticiones oficiales y la embajada norteamericana (4)

Según un ingeniero de la Estación Experimental Agropecuaria Obispo Colombres (EEAOC), en Tucumán, en el caso de la equinocloa “existen diversos productos disponibles para su control y manejo: la estrategia de mayor efectividad resulta ser un “doble golpe” con herbicidas. En este caso, la aplicación de un graminicida, seguida -a la semana- de otra con una mezcla de glifosato y 2,4-D, se evidencia como la estrategia más utilizada en barbecho de soja y maíz.” (5)

A su vez la filial argentina de Dow anunció la pronta salida al mercado de sus semillas resistentes al 2,4-D, que aguarda paciente su aprobación junto a otros “hallazgos” (6), sobre la base -otra vez- de los informes proporcionados por las propias empresas, tal como sucediera quince años atrás con la aprobación oficial del glifosato.

En Vera, Provincia de Santa Fe, ha muerto por intoxicación aguda con herbicidas, todo indica que con 2,4-D, Néstor Vargas, trabajador rural (7) aunque los efectos subletales no son menores.

"El herbicida 2-4-diclorofenixiacético (2-4-D) ha sido ampliamente utilizado en la agricultura y la silvicultura desde 1940. 2-4-D se ha demostrado que produce una amplia gama de efectos adversos de embriotoxicidad y teratogenicidad a la neurotoxicidad sobre salud animal y humana."


El párrafo corresponde al “abstracto” de una nueva investigación a cargo de científicos argentinos del Laboratorio de Toxicología Experimental de la Universidad Nacional de Rosario, publicada en marzo de 2011 en la principal revista internacional ENVIRONMENTAL TOXICOLOGY, que documenta los impactos de las sustancias toxicas en el ambiente y los seres vivos (8), probablemente el equipo científico con mayor experiencia en el pais en el estudio del 2,4-D. Tocaría averiguar que lugar ocupan sus conclusiones en los organismos oficiales provinciales y nacionales.

Tras década y media, la catástrofe medioambiental y sanitaria reflejada en aumentos de diferentes tipos de cánceres, alergias, trastornos en la reproducción, a nivel cognitivo, de neurotoxicidad y hepatotoxicidad, además de diferentes tipos de malformaciones, abortos espontáneos y disrrupciones hormonales entre otras calamidades padecidas por más de diez millones de personas que habitan en las poblaciones de la pampa sojera argentina han degradado de tal modo la calidad de vida que la primavera silenciosa de Rachel Carson parece una trivialidad. Sin embargo sin sonrojos, este modo de producción, cuya única estrategia consiste en huir hacia adelante, incrementando dosis y toxicidad, se nos presenta bajo la máscara de la modernización, en la misma matriz que permitió a la oleada privatizadora depositar sus semillas durante la última década infame.

Eduardo Rossi - Horacio Brignone

Campaña "Paren de Fumigarnos" - Santa Fe

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