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miércoles, 20 de junio de 2012

Entre Ríos no era tierra de sismos, pero podría serlo


Publicado el 25 mar 2012. Archivado bajo Legislativas, Política.

Un bazar es un lugar delicado, donde se exponen objetos frágiles y valiosos. Por eso la imaginación popular presenta a los torpes entrando en él como un elefante en un lugar inadecuado para su corpulencia y sus hábitos, con el resultado de un terremoto.  Ese es justamente el efecto que algunas poblaciones inglesas han sufrido desde que comenzó la explotación del gas “shale” o de esquistos. Por eso el procedimiento ha sido prohibido en el Reino Unido, donde por lo general, la voluntad popular es respetada.

El gobierno estudia proyecto de ley para abrir la posibilidad de explotar el gas de esquistos en la provincia.
En Entre Ríos las cosas son diferentes: acá saben bien qué es el “gas shale” porque incluso funcionarios de primer nivel viajaron a Inglaterra, en momentos de tensión por las Malvinas, para enterarse de la novedad y adoptarla como propia.
Entre Ríos no es tierra de sismos, pero para proporcionar una vida más movida a sus representados el senador Jorge Ghirardi (Justicialista de Villaguay) presentó un proyecto de ley para abrir la posibilidad de explotar el gas de esquistos en la provincia, de modo que su Villaguay natal puede ser conmovida por la iniciativa de uno de sus hijos más representativos. Hasta los restos de Crispín Velázquez temblarán en la tumba.
Un proyecto revelador y copia fiel
El proyecto, en síntesis, dice:
Artículo 1°: Declarar de interés legislativo la exploración y el potencial aprovechamiento de Reservorios de Gas no Convencional (RGnC), también conocidos como “gas de esquistos” (shale gas) o “gas de arenas compactas” (tight sands gas), disponibles en el subsuelo de la provincia de Entre Ríos.
Artículo 2°: Apoyar la promoción al desarrollo científico-tecnológico nacional y provincial, así como la capacitación de recursos humanos, en especial en ingeniería y manejo del agua, y otros desafíos clave que plantea desarrollo del GRnC para alcanzar resultados óptimos a mediano y largo plazo.
Fundamentos, sorprendentes
Los fundamentos tienen una franqueza sorprendente, o quizá un exceso de confianza en papeles que a veces hay que leer mejor, porque el senador menciona expresamente que los costos de explotación del gas de esquistos, la exploración y extracción “son significativamente más altos (que los yacimientos convencionales de gas) y que hay peligros ambientales que no sabemos porqué deberíamos aceptar, si no es por las mismas razones que se quisieron imponer a los riojanos en el caso de Famatina, donde los votos no alcanzaron para contener la indignación popular.

Ghirardi y su proyecto sobre el gas de esquistos, de una franqueza sorprendente.
“Para explotar el gas de esquistos se requieren pozos de explotación más profundos, a veces en sentido horizontal al yacimiento, y al que se les debe inyectar agua a presión con una serie de químicos adicionales a los efectos de facilitar su extracción. Todo esto aumenta tanto los costos de producción como los riesgos ambientales de la explotación”, afirma Ghirardi.
Así es, efecto, tanto que en Inglaterra, país al que fue a consultar el gobierno entrerriano sobre las técnicas que puede aplicar acá, el procedimiento recomendado para “sudacas” está prohibido, porque la gente sintió moverse la tierra bajo sus pies, y allá no se tolera lo que si prospera las ideas de cortar y pegar de Ghirardi tendremos que soportar nosotros.
En Inglaterra no es como acá, ya sabemos
Los nobles ingleses le arrancaron al rey Juan Sin Tierra hace más de 1000 años un código que limitaba el real poder y obligaba al monarca sobre todo a no imponer impuestos sin representación.
Milenio más o menos después los gobernantes ingleses no se han podido liberar de la obligación de respetar a sus gobernados, al menos en las formas: han debido prohibir las explotaciones de gas “no convencional” debido a un inesperado seísmo que se produjo en Blackpool, ciudad turística.
Fue algo imprevisto en aquellas latitudes salvo por el brutal ataque a la naturaleza que implica el “fracking” o fractura de rocas subterráneas para liberar el gas natural que encierran.
En Entre Ríos también tenemos un turismo que ha dejado de ser incipiente para convertirse en firme, hay ciudades termales, ciudades balnearias, reliquias de la historia de la época en que la provincia marcaba rumbos en la política nacional y no permitía que la marcaran como ahora.
Nuestros gobernantes no se sienten tan obligados como los monarcas e intentan imponernos lo que no pueden imponerles a los ingleses, por vía de las mismas empresas inglesas, que desde la revolución de Mayo conocen la gentileza de los gobernantes argentinos.
Tanto que en alguna ocasión, tras firmar un convenio extraordinariamente conveniente con los mandatarios de turno, un diplomático británico exclamó a pesar de su flema, con incontenible emoción monetaria: ¡este es el mejor país del mundo! Por lo menos, el que permite las ganancias más fáciles.
El gas de esquistos en el mundo
En los Estados Unidos, en las regiones desérticas o semidesérticas que le quitaron a México a mediados del siglo XIX, se aplica ya una tecnología competitiva para explotar el subsuelo y obtener gas natural en grandes cantidades y a bajo costo, tanto que el precio bajó casi a un tercio al combinarse los efectos de la crisis sobre la demanda y la oferta creciente.

Fracturación hidráulica o fracking, la última tecnología que preocupa al mundo ecologista.
Los entusiastas emprendedores petroleros dicen que la China, la India y Australia tienen gran potencial de recursos de gas “no convencional”, y pueden ser los siguientes países en desarrollarlos a gran escala, con su ayuda recompensada con magnificencia.
En Europa diversas compañías han iniciado ya prospecciones de recursos no convencionales, por lo menos Francia y sobre todo Inglaterra, como sabemos los entrerrianos.
Claro que las mismas fuentes petroleras dejan entrever que hay algunos puntos en contra, en particular “el limitado conocimiento de las propiedades geológicas de los reservorios”, lo que puede relacionarse con los terremotos que provocaron en Inglaterra.
Otro problema son los costos de extracción y la tasa de declinación de la producción, también relacionados con la ignorancia que lejos de limitar la codicia más bien hace temblar la tierra, y la falta de interés en países que tienen reservas de gas. Este desinterés es cuestión de tiempo porque las reservas no son para siempre, tampoco las de gas no convencional.
Otro inconveniente es el impacto medioambiental, que obliga a gastos adicionales para convencer a la población, lo que no fue posible hasta ahora en Famatina con otro tipo de minería a pesar de regalos abundantes y promesas que no cumplirán, como hubo a su tiempo en Salto Grande o en Fray Bentos.
Técnicas aplicables al Tercer Mundo
La nueva posibilidad técnica de obtener gas ha provocado una fiebre ante la perspectiva de ganancias que rápidamente se ha dirigido al tercer mundo, que no quedará libre de esta nueva plaga como no se libraron sus bosques del desmonte, sus ríos de los derrames de venenos agrícolas ni sus montañas de la minería a cielo abierto.
Se trata de una fiebre por ganancias que suele vestirse de desarrollo cuando apenas si es depredación y que aleja la perspectiva de energías limpias para enfriar el planeta. Queda en claro que sin petróleo ni gas no hay otro plan que pueda proporcionar la energía que mantenga el modo de vida de los países desarrollados, que buscan ahora apropiarse de cualquier modo de las riquezas minerales del mundo entero para dilapidarlas.

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