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jueves, 19 de mayo de 2011

La mayor causa de la deforestación es el avance de la agricultura

(www.neomundo.com.ar / Especial Infouniversidades (*)
Plantación de soja

La expansión e intensificación de la agricultura durante los últimos 50 años no registra precedentes en la historia de la humanidad. Entre 1960 y 2000, la población mundial se duplicó hasta alcanzar los 6.000 millones de habitantes, al tiempo que la economía global crecía seis veces.

En forma paralela, la demanda de alimentos y de servicios ecosistémicos aumentó significativamente. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) la producción de alimentos casi se duplicó en ese período.

Parte de este incremento puede atribuirse a un aumento de alrededor del 12% en la superficie cultivada, aunque no puede soslayarse el efecto de la "Revolución Verde" (cultivares de alto rendimiento, fertilizantes y pesticidas químicos, mecanización e irrigación), lo que implicó, para el mismo lapso, un incremento global del 700% en el uso de fertilizantes y del 70% en la superficie de cultivos bajo riego. Como consecuencia de ello, el rendimiento por unidad de área creció un 106% durante ese lapso.

Los cambios en el uso de la tierra desencadenaron problemas ambientales a diferentes escalas; las transformaciones del territorio originaron la pérdida de hábitats y biodiversidad, la alteración de la estructura y funcionamiento de los ecosistemas y la disminución de su capacidad para sostener la provisión de servicios (regulación del clima, producción de oxígeno, mantenimiento de la calidad del aire y del agua, desarrollo de los suelos, reciclado de productos de desecho) y recursos vitales (alimento, fibras, agua dulce, productos forestales). En la actualidad, cerca del 40% de la superficie libre de hielos del planeta está bajo agricultura, en tierras antes cubiertas por bosques, sabanas y pastizales naturales.

EL CASO SUDAMERICANO

En concordancia con las tendencias de alcance global, los principales factores de cambio en el uso y cobertura del suelo en América del Sur son la deforestación y la expansión de la agricultura.

La deforestación de la Selva Amazónica fue muy reducida hasta 1975, pero hacia fines de los ‘90 se habían deforestado cerca de 350 mil km2 de selvas, la mayor parte de ellas, para cultivos. Este proceso de cambio en el uso del suelo ha continuado hasta el presente, tal el caso de las tierras bajas de Bolivia, donde se observan tendencias similares con una aceleración en la tasa de pérdida de bosques.

PROCESO REGIONAL

Los mapas recientes de la vegetación del continente indican un proceso similar de expansión de la agricultura en el Chaco del sur de Bolivia y norte y centro de Argentina.

En Argentina, el incremento en la producción de granos en los últimos 50 años fue de 20 a 70 millones de toneladas, estimándose que pronto llegará a 100 millones. Esto implica una conversión sostenida de ecosistemas naturales en tierras agrícolas, lo que ocurre en seis de sus ecorregiones: las selvas de las Yungas y Paranaense, el Chaco Seco, el Chaco Húmedo, el Espinal y la Pampa.

En términos generales, la tasa de deforestación registrada por la FAO (2001) para Argentina (0,8% anual) es ya una de las más altas de América del Sur, aunque resulta ampliamente superada en algunos sectores del territorio, tal el caso de Córdoba.

La expansión de la agricultura ha sido posible a partir de la conversión de grandes extensiones de bosques, lo que provocó tanto la desaparición de hábitats como su fragmentación a lo largo del centro y norte argentino, en las provincias de Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Chaco y Formosa.

Lamentablemente, Córdoba constituye el más dramático ejemplo de esa realidad: los procesos de expansión de la agricultura en los departamentos del norte cordobés, entre 1970 y 2000, ocasionaron la pérdida de más de 10 mil km2 de bosques xerófilos estacionales (chaqueños) por conversión a cultivos anuales, principalmente, soja.

(*) Andrés Fernández/ Marcelo Cabido/ Marcelo Zak /Prosecretaría de Comunicación Institucional / Universidad de Córdoba.

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