DENUNCIAN “EL ROBO” DE AGUA EN ENTRE RÍOS

El agua dulce, el valor que se le está dando en el mundo ante su escasez, es un punto que año a año toma mayor significado. En ese marco, el continente sudamericano comienza a ser observado por países poderosos, situación que preocupa y es advertida por gobiernos y organizaciones no gubernamentales.

Por Rubén Skubij

Entre Ríos forma parte donde abunda el agua pero no por ello se puede permitir que “se la lleven”. Días pasados se ha conocido una denuncia del senador Algo Ballestena de La Paz respecto a que, según trascendidos, existen barcos extranjeros que traen cargamentos y a su retorno toman agua dulce de nuestra provincia. “Advierten que en Ibicuy estarían robando este recurso no renovable. Lo que hacen es potabilizarla hasta llegar al país de origen”, señaló a AIM.

Entendió que “es un problema serio dado que el agua dulce de todo el mundo representa el uno por ciento que se encuentra en ríos, arroyos y zonas de subsuelo”.

Por tal motivo, elaboró un proyecto de ley que apunta a prohibir la toma de agua en Entre Ríos. La iniciativa ingresó en la sesión pasada de la Cámara aunque estimó “que no se tratará antes de fin de año porque implica un trabajo de muchos meses”.

La norma prohibirá la exportación o envío al extranjero a título gratuito de agua dulce o potable desde la provincia, en cualquiera de sus estados físicos con las excepciones previstas en la ley. El expediente es el 9699 y fue girado a la comisión de Salud Pública y Medio Ambiente Humano.

Consideró que su proyecto “recoge las inquietudes de la gente común, preocupada por el tema y además lo analizamos con organizaciones ambientalistas; se intentará prevenir que alguien de manera ilegal tome agua de nuestros ríos”.

Por su parte, María de los Ángeles Figún, geógrafa y profesora de biología, es una vecina que desde hace años viene trabajando en pos de defender la naturaleza y el medio ambiente. Desde agrupaciones como “Ñandubay” y “Rincón Ambiental”, por ejemplo, pregona lo que se debe hacer y qué prohibir para proteger el ecosistema.

- ¿Qué le produce escuchar que nos estarían robando el agua en el sur de la provincia?

-No me parece tan terrible que venga un barco y lleve un montón de litros y los vaya tratando. Si bien es un recurso no renovable también es cierto que el agua tiene un ciclo en la naturaleza, en algún punto vuelve a ser parte de los ríos y arroyos.

Leyes que no se cumplen

Figún aseguró que el problema real “es la contaminación, por lo que me parece una cosa sumamente sonsa plantear que vienen barcos y roban agua, no me resulta ni siquiera inteligente. Por qué no legislan en cuidar lo que tenemos porque el problema es lo que se contamina y ya no puede ingresar al ciclo natural, es ahí donde aparecen las lluvias ácidas y toda la problemática que eso conlleva.

Hay leyes como la de protección de cuencas y de montes, una nacional y la restante provincial, que existen en la realidad pero poco se aplican. Los desmontes brutales que se realizan provocan inundaciones.

- ¿No se aplican?

-No, de ninguna manera. Antes era muy común que tomaras la ruta y vieras para todos lados montes, ahora la realidad te muestra otra cosa y ¿qué plantamos?: soja. Y ése es el nudo de la cuestión, es lo que está contaminando porque se utiliza el glifosato, lo que hace que el agua tenga pocas chances de reingresar al ciclo natural.

Antes llovía, abrías la boca y tomabas agua pura o destilada como se dice independientemente de todo lo que arrastrara en su caída. Ahora abrís la boca y probablemente lo que tomés sea agua con glifosato, es decir, se interrumpió el ciclo natural.

- ¿Cómo analiza el panorama en nuestro departamento y toda la zona sur?

-Entre Ríos pertenece a una de las siete zonas más ricas en cuanto a llanura sedimentaria. Lamentablemente, y gracias a Menem en el año 96 que dijo "viva la Revolución Productiva y viva la soja", se le dio entrada libre a Monsanto, que entró junto con sus productos y originó mucho mal.

-¿Los planteos de las ONG son recepcionados por los gobiernos?

-Sigo convencida en las movilizaciones populares, una sola persona puede hacer la diferencia en la medida que tenga posibilidad de hacer ese trabajito de la gota en la piedra. Es decir, en la permanencia, existencia, creo que en eso.

Respecto de las autoridades nada, si aparecen tantas ONG es producto de la ausencia de un gobierno.

Me escuchan por insistente pero no toman medidas. Cuando uno se mete en profundidad en la cuestión ambiental toca intereses muy grosos, tanto políticos como económicos.

Cuidar los recursos depende de la gente que está en el gobierno. Si la gente que está allí no hace caso surgen las ONG, pero si tampoco éstas logran algo vienen las manifestaciones populares. No hay que olvidarse que el pueblo es soberano