Declaración del Encuentro de Movimientos Populares de la Triple Frontera.
La Triple Frontera: región de lucha por la paz con justicia, por soberanía alimentaria, energética, territorial y popular.
12 de octubre – El genocidio continúa, la resistencia también
16 de octubre – Frente a las políticas de hambre, defendemos la soberanía alimentaria.
¡No a la militarización del continente y a la criminalización de los movimientos populares!
En Eldorado, Misiones, nos encontramos movimientos populares de la región de la Triple Frontera -Paraguay, Argentina, Brasil, Uruguay-, en un taller en el que compartimos nuestras miradas sobre la historia del continente. Un recorrido de sucesivos genocidios, y también de importantes resistencias populares a las políticas de saqueo imperialista, de despojo de la naturaleza y de los pueblos, realizadas con el fin de sostener y ampliar la acumulación capitalista, especialmente de los centros europeos y norteamericano.
En el encuentro compartimos los saberes acumulados en las batallas emancipatorias, partiendo de la experiencia de los habitantes de esta región paradigmática por el cruce de fronteras creadas por el capitalismo, que pretende fragmentar y quebrar la identidad de los pueblos, su relación con la tierra, y nuestra historia común.
Es significativo, en este proceso, todo el despojo vivido y sufrido por el pueblo guaraní que habita las tierras hoy llamadas argentinas, paraguayas, brasileñas y bolivianas. Un mismo pueblo invadido, expulsado de sus tierras, arrinconado en reservas, negado en su lengua, en su cultura y cosmovisión del mundo, empujado por las políticas de conquista y colonización, y ahora por las trasnacionales que avanzan recolonizando nuestra América.
En el contexto del genocidio que abarcó a todos los pueblos originarios en el continente, grita también desde esta región, el exterminio casi completo del pueblo charrúa.
Al etnocidio de los pueblos originarios, sobre el cual se realizó el saqueo sistemático de nuestros territorios –genocidio que aún hoy continúa en el continente-, lo siguieron el genocidio de los hombres y mujeres africanos traídos en los barcos esclavistas, y de los afrodescendientes nacidos esclavos en estas tierras. Luego de la abolición de la esclavitud, todavía siguen siendo sistemáticamente subordinados como fuerza de trabajo superexplotada, manipulando concepciones racistas elaboradas especialmente para reforzar su opresión.
Nuestra memoria recorrió algunas encrucijadas históricas, como la guerra de la Triple Alianza , ordenada por los capitales ingleses, y ejecutada por los gobiernos y ejércitos de Argentina, Brasil y Uruguay contra el pueblo paraguayo; y más recientemente, el genocidio realizado bajo las alas del Plan Cóndor, por las dictaduras del Cono Sur.
¿Encontrarse para pensar la historia? ¿Con las urgencias que hoy viven y sufren los movimientos populares?
Sí, porque creemos que sin pensar y entender nuestras historias –que son muchas y no una que se pretende hegemónica-, no hay posibilidades de comprender este presente atravesado por las urgencias de los olvidados y olvidadas en “la historia oficial”, escrita por los beneficiarios de las políticas imperialistas.
Con esta convicción en el diálogo de saberes y de sentires, fuimos develando algunos de los modos en los que se constituyó el capitalismo en nuestra América, donde los genocidios fueron una cara, y la destrucción de territorios y de la naturaleza otra cara de la misma moneda.
Los capitales europeos y norteamericano, han tenido en este continente –como en otros convertidos en colonias-, un espacio para realizar su acumulación, con el método de rapiña y de destrucción realizado en nombre del “progreso”, del “desarrollo”, de la “civilización”.
Pensar la historia nos permite analizar que muchos de los conflictos entre nuestros pueblos, fueron fomentados y alentados por quienes son los responsables y beneficiarios de este despojo sistemático. Y mirar críticamente cuánto de racismo, de colonialismo, y de cultura de opresión, impregna incluso a nuestras organizaciones populares.
La búsqueda de unidad latinoamericana, y la promoción de iniciativas de integración, como la que expresa el ALBA –impulsado de manera independiente desde los movimientos populares-, nos exige mirar la historia desde nuestra realidad como pueblos, avanzando hacia la descolonización cultural, y hacia la recuperación de nuestra identidad diezmada y fragmentada por las políticas hegemónicas capitalistas, patriarcales y coloniales.
Esto significa asumir, por ejemplo, la deuda histórica existente con los pueblos originarios, que siguen viviendo como extraños en sus tierras; con los pueblos afroamericanos negados como seres humanos por la cultura occidental, y en especial por la “evangelización” católica.
Significa también asumir la deuda existente con el pueblo paraguayo, diezmado brutalmente en la Guerra de la Triple Alianza, reducido de 800.000 habitantes a sólo 231.000 habitantes en 5 años de guerra, destruida su economía y su soberanía. Si bien la responsabilidad de estos crímenes es fundamentalmente de los gobiernos locales subordinados a los intereses del capital inglés, es necesario recuperar las resistencias que desde los pueblos se han alzado contra la participación en esa guerra de exterminio, y analizar críticamente cómo las políticas chauvinistas y el estrecho nacionalismo han sido cómplices de los intereses imperialistas.
Hoy se vuelve imprescindible la devolución de los documentos robados al Paraguay en la guerra, en poder del estado brasileño. También es necesario revisar en profundidad los acuerdos por los que se le expropió al Paraguay la soberanía energética, dado que los pasos que se realizaron hasta el momento son absolutamente insuficientes en relación a lo que sería una política equitativa e integradora de los intereses de todos los pueblos de la región.
Luego de escuchar los testimonios lacerantes de los movimientos de afectados por las represas, y los estudios realizados sobre los efectos que tendrá la construcción de nuevas represas como Garabí y Corpus, nos manifestamos en contra de la implementación de estos proyectos hidroeléctricos, que significarán nuevos desplazamientos de población, y destrucción de territorios y condiciones de vida en la región. Recordamos que en un plebiscito realizado en 1996, nueve de cada diez misioneros dijo No a Corpus. Exigimos que se respete el pronunciamiento popular.
Recordar el papel del Plan Cóndor, como articulador de la represión contra los pueblos de Sudamérica, nos recordó el papel del imperialismo norteamericano en la promoción e intervención directa en las dictaduras del continente, en las represiones masivas, en el adiestramiento de las Fuerzas Armadas de la región. Las batallas contra la impunidad, los juicios que hoy se desarrollan en algunos de nuestros países por la justicia y la verdad, deberían avanzar en el enjuiciamiento a las políticas de la CIA , del Pentágono, de los sucesivos gobiernos de EE.UU. como culpables de los recientes genocidios contra nuestros pueblos. La verdad y la justicia son parte de la construcción colectiva de la memoria, que conduce a la reconstitución de una identidad, que a su vez permite nutrir nuestras batallas actuales antiimperialistas.
En esta perspectiva, el encuentro dedicó un momento especial para analizar la amenaza que significa hoy el establecimiento de bases militares norteamericanas en Colombia. La continuidad de las políticas hegemónicas de las fracciones del poder en EE.UU. ha dado un fuerte paso en los acuerdos con el gobierno de Alvaro Uribe, y en el golpe de estado contra el pueblo de Honduras.
Las oligarquías de la región avalan la recolonización del continente promovida por los capitales transnacionales. Consolidadas las políticas elaboradas por el Consenso de Washington: privatizaciones, descentralización, desregulación, flexibilidad del mercado laboral, ahora se intentan apropiar de las selvas, las aguas, el subsuelo, los minerales, las fuentes de energía, la biodiversidad, los territorios, y crear la infraestructura que favorezca el rediseño de las rutas del saqueo, a través de la IIIRSA (Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Suramericana).
Los megaproyectos -donde participan empresas de energía, farmacéuticas, de alimentación, constructoras, entre otras-, son producto de la unión del capitalismo trasnacional y las fracciones del poder locales. El control sobre la población avanza en la negación de los derechos políticos.
El Encuentro de movimientos populares de la Triple Frontera , se pronunció también con claridad en rechazo a la instalación de las bases militares norteamericanas en Colombia, al golpe de estado en Honduras, a la política de criminalización de los movimientos populares en nuestra región y a la exigencia del retiro de las tropas invasoras enviadas a Haití por nuestros gobiernos.
Sabemos que la Triple Frontera ha sido estigmatizada por las políticas imperialistas como una región con amenazas “terroristas”, o de “narcotráfico”. Esta estigmatización es absolutamente funcional a las políticas de control de población, de represión a los movimientos populares, y al asentamiento de enclaves coloniales norteamericanos, que pretenden así tener libre acceso a los bienes de la naturaleza, especialmente importantes en la región, como el Acuífero Guaraní, y las riquezas de la Amazonia.
Los movimientos populares de la Triple Frontera queremos crear este espacio como territorio de paz, de integración latinoamericana, de búsqueda de encuentro y unidad entre nuestros esfuerzos de justicia y de libertad. Rechazamos el asesinato y la represión a los campesinos paraguayos, la criminalización del Movimiento Sin Tierra y del Movimiento de Afectados por las Represas en Brasil, y de todas las organizaciones populares que vienen siendo parte de las políticas de resistencia: indígenas, afrodescendientes, campesinos, trabajadores y trabajadoras ocupados/as y desocupadas/os, estudiantes, mujeres, movimientos de derechos humanos.
El Taller de los Movimientos Populares de la Triple Frontera planteó la necesidad de revisar las políticas que suprimen la soberanía alimentaria y energética. En un tiempo en que la amenaza del hambre se agrava por la crisis del capitalismo en sus centros, y en el que esta crisis pretende descargarse sobre los pueblos, es más importante que nunca desarrollar como alternativa de los pueblos la soberanía alimentaria. Como se subrayó en el Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria: “Entendemos por soberanía alimentaria el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental”.
El 16 de octubre, Día Mundial de Lucha por la Soberanía Alimentaria , saldremos a las calles a manifestarnos por estos derechos, que son parte de la batalla por una vida digna.
La paz, la justicia social, la soberanía, la libertad, el derecho a todos los derechos, seguirán siendo banderas que animen los combates de nuestros pueblos, escribiendo nuevas páginas en la historia, y sobre todo realizando en la práctica la unidad que proclamaran los combatientes de la primera independencia, entre los que queremos destacar la memoria de José Artigas, junto a los grupos revolucionarios en cada uno de nuestros países.
Desde los pueblos guaraníes hasta hoy, los pueblos resistimos y nos enfrentamos a las políticas de muerte y destrucción. El próximo 12 de octubre, será un nuevo momento para afirmar que no nos han vencido, que la memoria de todos los caídos y caídas nos compromete en la creación de una sola América Nuestra unida, solidaria, que ensaye políticas anticapitalistas, con el corazón, y los esfuerzos, puestos de cara a una opción socialista, popular, y libertaria.
Eldorado, 28 al 30 de agosto del 2009
Participaron del Encuentro de Movimientos Populares de la Triple Frontera :
Paraguay
Base-Is – Organización de Lucha por la Tierra (OLT) – Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (CONAMURI) – Movimiento Agrario Paraguayo (MOAPA) – Sindicato de Trabajadores de la Administración Nacional de Energía Eléctrica (SITRANDE) – Tekojoja – Asociación de Agricultores del Alto Paraná (ASAGRAPA) - TAJY, de San Pedro Norte – Movimiento Campesino Paraguayo (MCP), Ykua Bolaños – Movimiento Agrario y Popular (MAP) – Federación de Afectados por Yacyretá de Itapuá y Misones (FEDAYIM) – Asociación Alianza Campesina
Brasil
Movimento dos Atingidos por Barragens (MAB) – Movimento dos Pequenos Agricultores (MPA) – Movimento Sem Terra (MST), Via Campesina - Outro Brasil – Via Campesina – FEAB – Consulta Popular – APP – Brasil de Fato – Movimento de Trabalhadores Desempregados (MTD) – Centro Che Guevara – Comisión Pastoral da Terra –
Argentina
Central de Trabajadores de Argentina (CTA) – Central de Trabajadores de Argentina, Misiones – Central de Trabajadores de Argentina, Corrientes - Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) – Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) – Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) - Frente Popular Darío Santillán (FPDS) - Movimiento Agrario Misionero – Movimiento Campesino de Liberación – Unión de Trabajadores Rurales de Misiones – Cooperativa Cabureí de Misiones – Productores Unidos de Santiago de Liniers, Misiones (PUSALI) – Productores Independientes de Puerto Piray (P.I.P.) Misiones – Federación de Afectados por Yacyretá de Itapuá y Misiones (FEDAYIM) - FRIDA – Centro Cultural América Libre –– Grupo de Cine Mascaró. Iconoclasistas – Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía – Centro de Investigación y Formación de los Movimientos Sociales Latinoamericanos (CIFMSL).
Uruguay
Comisión Multisectorial
Colombia
Red Latinoamericana contra las Represas
Participaron también contribuyendo al debate: Tonico Benites (pueblo guaraní), Modesto Guerrero (periodista venezolano).
http://www.resistenciaspopulareseldorado.blogspot.com/
http://www.cifmsl.org/
http://www.pañuelosenrebeldia.com.ar/
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