NO al Fracking en Entre Ríos

Represion a Comunidad Qom "LA PRIMAVERA" (video sin editar)

Informe Telenoche Investiga Represión QOM

martes, 29 de septiembre de 2009

EDITORIAL DEL DOMINGO 27 DE SEPTIEMBRE DE 2009

Se nos hace difícil en estos días reflexionar en medio de una estridencia orquestada en que todo pareciera conducirnos a tomar partido, a confrontar con otros, a perder las miradas profundas en beneficio de los temas particulares, a juzgar al prójimo sin contemplaciones, mientras olvidamos historias comunes, conocimientos heredados, respeto que nos debemos, consideración por los errores, tolerancias necesarias para toda convivencia. Hay como una aceleración de los pulsos, como una manipulada sensación de creciente fragmentación de la protesta y de la disconformidad. Todos contra todos, y con argumentos banales, con miradas empobrecidas, con resentimientos largamente fermentados y que son eructados en medio del cansancio de una fiesta que se convierte en pesadilla y en resaca.

Ya no sé si la patria se juega en la aprobación o en la no aprobación de la ley de medios, tampoco lo supe cuando nos enfrentábamos por la resolución 125. Siento que el monopolio de las comunicaciones viene de antiguo, que todos abonaron esas monstruosidades propias de una democracia de baja intensidad que las toleraba y que no tenía mayores problemas en aprovecharlas. Ahora siento, como en otras oportunidades, que el Boca River en torno a propuestas parciales, conlleva nuevas trampas, y que de nuevo se nos mete en un brete que no elegimos y que resulta secundario y posiblemente engañoso, si acaso pretendemos que conduzca a situaciones que anhelamos. Porque en medio de la vocinglería y de los simulacros tan solo nos llena de cansancio. No soporto las consignas de Radio Mitre ni la de tantos otros propagandistas de la libertad de expresión, que nos llenan el espacio y la cabeza de opiniones y consignas, pero tampoco los soportaba antes, cuando los romances y las alianzas cambiantes de los hombres del poder, los tenían por amigos y por aliados, y no era tan malo escuchar lo que decían, tal como pareciera que resulta serlo ahora.

Tal vez sea una condena venir de lejos en estos escarceos actuales de memorias cercanas y miradas con miopía extrema, en que cada uno de nosotros es juzgado y regateado como en un mercado de pulgas de lo humano, un mercado desprovisto de historias y de sueños. Estoy harto de tanta inmediatez, de tanta coyuntura, de que me armen y me cambien los escenarios mientras la empresa colonial corporativa continúa manteniendo su dominio terrible sobre nuestras vidas. Estoy harto de que cada mandamás provinciano continúe decidiendo y enajenando sus recursos naturales, nuestros bienes comunes, llámense bosques, montañas, lagos, ríos, diversidad biológica, minas a cielo abierto, sojización, jatrofa, suelos que se degradan, montes que desaparecen, monocultivos de árboles implantados o lo que fuere… como si no fuésemos un país sino una suma de fragmentos en la mesa de saldos del tendero, donde cada uno tironea su ocasional pedazo, mientras continua vomitando sus rencores hacia ese Buenos Aires deseado que representa el premio de la perinola y que cada político provinciano tiene clavado en la escala de sus objetivos más recónditos. Estoy cansado de tanta izquierda idiota que me fragmenta la mirada y me entretiene, estoy harto de esa derecha estéril que tiene por única propuesta su bolsillo, y por discurso un odio viejo que repite tiempos tristes y escenas que nos avergüenzan. Izquierdas y derechas son funcionales en este repugnante juego del simulacro colonial, se necesitan, necesitan confrontar en lo accesorio para que sigamos extraviando las miradas y la autoestima en el circo romano en que dirimen sus mezquinos negocios del poder. Necesito respirar de nuevo aires limpios, necesito volver a escuchar hablar de Patria, necesito saber que puedo confiar en mis amigos, aunque no pensemos de la misma manera…

Volví ayer de Pergamino, estuve allí invitado por un grupo de chicos increíbles que se denominan la bicicleta colectiva. Son todos muy jóvenes y son convocantes, en tanto, el resto ante ellos, inevitablemente se abochorna o se ridiculiza en cuanto a lo que han hecho de sus propias vidas. Pergamino es una ciudad sojera, el bienestar se nota en cada gesto, en cada auto que pasa, el dinero que se ha ganado durante los últimos años es casi agresivo y obsceno para nuestra sensibilidad. Sin embargo los jóvenes han conseguido llenar un salón para que muchos me escuchen. Desafiados por estos jóvenes, están, incluso, algunos de los principales referentes del campo a nivel provincial y nacional. Yo reconozco, jamás habría ido a escucharlos. Pero ellos han venido y en silencio ven la película sobre los fumigados que le hiciéramos llegar en su momento, a la hoy ex ministra Ocaña. Conocen de esta manera, junto con los cientos de personas presentes a Fabian Tomasi de Basavilbaso, a la familia Portillo de Gilbert y por último, a la pequeña Carla de Larroque, víctimas emblemáticas de las fumigaciones. Todos nos estremecemos y bajamos la mirada ante las señales que dejó la cirugía a lo largo de la espalda de la pequeña Carla de tan solo nueve años. Ella nació con parálisis y con hidrocefalia como consecuencia que su mamá fue fumigada durante el embarazo. Los ruralistas turbados, intercambian entre ellos sonrisas crispadas, luego se marchan en silencio, haciendo mutis por el foro. ¿Me pregunto cómo se estarán mirando en el espejo esta mañana, me pregunto que pensarán frente a sus hijos? Repito, yo no habría ido a un acto de ellos sino para tratar de romperlo, ellos han estado en mi conferencia y se van sin decir ni mu… tal vez estamos probando caminos nuevos para la lucha política, en que el valor de la palabra y de la imagen suplanta otros caminos que hace mucho agotamos.

Los jóvenes insisten luego en reunirnos y en hacer un balance. Me intimidan. Son apenas veinteañeros, carecen de historia, me cuentan que están persuadiendo de cambiar alguna forma de ver el mundo de sus padres, y no lo dudo… Me cuentan que tienen ese nombre tan mágico que los identifica, por una bicicleteada que hicieron para recordar a los desaparecidos. Me pregunto… ¿qué puedan saber ellos de aquellas luchas terribles por el poder, de los martirios y las vejaciones con que la dictadura militar cerró toda protesta? Algunos compañeros con los que compartí años pasados y a los que convoqué de urgencia para sentirme acompañado, me reprochan que no transmita suficientemente mis propias historias. Les digo que me cuesta hacerlo con mis propios hijos. No es fácil construir una relación estable entre generaciones, explorar nuevas articulaciones políticas, pasar por encima de una generación escarmentada para apostar a los que vienen marchando para hacerse cargo dentro de un puñado de años de las banderas que cada vez, pesan más en nuestras manos. Se los confieso a los chicos, así tal cual lo digo ahora, tenemos que aprender juntos cómo trabajar juntos, tendríamos que aprender cómo organizar un nuevo movimiento en que nuestras distantes generaciones y nuestras desconocidas historias se crucen y se aúnen para retomar un camino…. Algo así como, la Resistencia Peronista y el Rock and Roll…Me escuchan, hasta dentro de un tiempo impreciso no sabré si comprendieron. Luego se despiden y se marchan para evaluar ese día intenso de movilización y conferencias, se van a la plaza, nos dicen. Con algunas cervezas, alguna guitarra, y treinta o cuarenta almas transparentes amuchadas, tratarán de evaluar seriamente lo que hicimos y determinar cómo seguir los pasos próximos de esa bicicleta colectiva.

No todo está perdido, por el contrario. Viene otra Argentina por el camino que dejamos. Me voy luego para San Nicolás con mis amigos, a reflexionar sobre estos momentos de bisagra de la historia y a recoger de Ariel, el artesano de manos mágicas del grupo ecologista de San Nicolás, alguna herramienta de huerta orgánica que le dejara para reparar... De Pergamino, me llevo alguno de los maravillosos juguetes en madera del titiritero Hernán Lira que encantarán a mis hijos, y además, en la feria de la Virgen de San Nicolás, le sumamos a los obsequios, una réplica en madera de una catapulta medieval realizada por otro joven, en este caso motivado por las batallas cósmicas del Señor de los anillos. Una pequeña obra de artesanía inspirada en Da Vinci, que también nos hace sentir que esa Argentina por la que tanto luchamos, está volviendo desde el fondo, creciendo desde el pie, por debajo de esta generación cansada que nos gobierna.

En el camino hablamos repetidamente del Viejo Galli, no podríamos dejar de hacerlo, su memoria nos hizo alguna vez amigos, sus historias permitieron que nos encontrásemos en la vida, y es como si ahora, el cura nos acompañara. Llegando a San Nicolás y en medio de un sojal infinito, divisamos a varios cientos de metros de la ruta una isla urbana de pobreza extrema, nos metemos por el camino destruido y llegamos al Barrio la Esperanza, en verdad mucha esperanza necesitan los vecinos para sobrevivir a tanta desventura. Son unas cinco o seis manzanas por otras tantas, tal vez trescientas o cuatrocientas familias. Las polémicas entre la Iglesia y las estadísticas optimistas del INDEC, están muy lejos de este Barrio La Esperanza, aquí los campos de soja rodean implacablemente a esta isla de excluidos y como si eso fuese poco, por encima les pasan las líneas de alta tensión y por supuesto con solo dar un paseo por el barrio, podemos ir contando los chicos con deficiencias y la gente con muletas, y sin embargo, nos dicen, se sienten felices de tener esas casitas que mejoran cada día y que alegran con música estridente. Nos bajamos a conversar con ellos, nos cuentan que el barrio es del año 2001, que era en su origen el viejo barrio de la Villa del Pulmón, que se instaló como villa en los años cincuenta sobre el antiguo Barrio Predio de la Aduana, y que erradicaron los militares con topadoras en 1982, durante la dictadura, y que terminaron de trasladar los gobiernos civiles cuando las apariciones de la Virgen obligaron a abrir más todavía, un espacio en el tejido urbano villero, para construir la actual basílica de dudoso gusto arquitectónico, que según algunos, ha enriquecido a muchos vecinos notorios de San Nicolás. Donde antes estaban las casillas de la villa, ahora hay jardines y también se levanta la estupenda casona de uno de los políticos justicialistas más encumbrados de la política local…

La Villa del Pulmón era el barrio en que vivía y predicaba el cura Galli en San Nicolás, allá por los años setenta. Y así, de esa manera inesperada, volvemos a encontrar que las viejas historias no nos abandonan, que nos acompañan. Esas islas de exclusión y de destierro, son también expresión de una derrota histórica, aunque los propios vecinos no lo sepan, y en buena medida, son, asimismo, la obra de un peronismo degradado que vive casi exclusivamente de la manipulación de la pobreza. No somos nosotros, los derrotados de mil batallas, los que seguimos tozudamente levantando las viejas banderas, quienes debemos sentirnos culpables, aún equivocándonos, hicimos durante toda una vida lo más que pudimos, pero no podemos dejar de sentirnos infelizmente responsables de tanta miseria moral administradora de pobrezas e indigencias, y nos marchamos con pena, y con ganas de poner en voz tanta injusticia.

Estar frente a este micrófono es un enorme compromiso. A veces hay domingos en la mañana que quisiera escaparme del deber de enfrentar esa espera de muchos hacia lo que va a decirse, quisiera estar lejos… volver a jugar con los títeres mecánicos de mi nuevo amigo de Pergamino, y tomar un vino con Marita y Rafael, recordando al viejo Galli. Pero entre los jóvenes que vienen marchando y nosotros que nos vamos quedando, hay un espacio y un territorio que mantener y donde preservar los patrimonios, las banderas y defender esa “Trinchera” que fuera nuestro primer periódico de combate, allá por los años cincuenta, y que pareciera nos determinó históricamente a ser custodios de un territorio de la memoria imprescindible para que el sueño de la Liberación Nacional y de una Argentina emancipada, continúe siendo posible. Que tengan un buen domingo.

Jorge Eduardo Rulli
http://horizontesurblog.blogspot.com/

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