Tabaré Vázquez impide el paso de Chávez hasta nosotros
En momentos en que la situación entre Colombia y Venezuela llega a una crisis que de desatarse en guerra significaría un desastre de proporciones incalculables, no solamente para esos países sino también para toda América Latina, el gobierno de Chávez hace un intento de hacerle una visita al Uruguay, y es entonces que nuestro gobierno ensaya una "retirada disimulada" de su interés por este conflicto.No solamente ensaya esa peligrosa jugada, sino que encima anuncia una vista a los Estados Unidos, para simular que nada grave está pasando, como en un intento de ensayo esquizofrénico para imponerle a la realidad los propios deseos y no el análisis riguroso y sin miedo de los acontecimientos.En una oportunidad anterior de una visita de Chávez a Uruguay, hace 3 años, en que recorrió las instalaciones del Parque Tecnológico Industrial del Cerro de Montevideo, este presidente tuvo un contacto con las organizaciones sociales de la zona, y allí quedó a la vista que la comunicación entre Venezuela y Uruguay podía ir más allá de la formalidad protocolar entre presidentes de repúblicas latinoamericanas.En vez de esto, el gobierno uruguayo nos hace a los cerrenses otra clase de regalito.En pleno debate de los cerrenses acerca de las relaciones entre Buenos Aires y Montevideo y de nuestros vínculos para con otras organizaciones de toda Sudamérica, nos envía a Ehrlich, el intendente de Montevideo, a hacernos una vista sorpresa en la tárde del sábado 29 de agosto.¿Acaso precisamos inspectores de trabajo en las organizaciones sociales? ¿Qué nos está queriendo decir el gobierno uruguayo con toda esta conducta?Independientemente de lo que hagan Ehrlich o Tabaré Vázquez, los cerrenses no solamente debatimos sino que estrechamos, cada día más, fuertes lazos con importantes organizaciones de otras partes de Latinoamérica.Cabe preguntarse, ¿cómo comenzarán a reaccionar integrantes de las Fuerzas Armadas cuando empiecen a darse cuenta de todo esto?En el pasado reciente hemos expulsado a la transnacional Cerro Free Port, y en esto hemos generado, inevitablemente, un vínculo de hecho con la parte del ejército nacional que tiene presencia en nuestra zona geográfica.Más allá de las críticas que indudablemente se le pueden hacer al gobierno de Chávez, como pueden hacérsele también a cualquier otro gobierno, está fuera de toda duda de que se trata de un gobierno que no es amigo de las transnacionales poderosas, al igual que tampoco lo somos los cerrenses organizados.Sin embargo, es evidente para cualquiera, que esto mismo, no puede decirse del gobierno de Tabaré Vázquez, que coquetea hasta el cansancio y sin sentir vergüenza con cuanta transnacional pise suelo uruguayo.Solamente el conflicto por Botnia nos ha costado mucho dolor para con las relaciones de nuestro país con Argentina, más allá de las "razones circunstanciales" que las organizaciones vinculadas a ese conflicto puedan esgrimir. Y esto es sin contar con muchos otros conflictos que se han producido y se siguen produciendo, menos visibles que el de Botnia pero existentes al fin, por causa de la misma conducta de nuestro gobierno.Tal vez, a pesar de que Chávez es un militar, la relación que tenemos los cerrenses organizados no sea lo suficientemente fuerte con el ejército nacional uruguayo, como para obligar a nuestro gobierno a tomar otro giro en su conducta, ya que además, si optáramos por buscar ese camino, correríamos el riesgo de favorecer el golpismo, que nunca fue totalmente erradicado de nuestro país.Pero las relaciones internacionales son lo que son, es decir preocupantes, y esto va a obligarnos a todos a la búsqueda de prontas soluciones. Como Chávez tomó contacto con los cerrenses en el pasado, más allá de nuestra propia presidencia, esto va a obligarnos a pensar en la posibilidad de ese camino, pero también sabemos que eso no va a ser suficiente.Es necesario empezar a abrir un debate en todas las organizaciones sociales del país, y en las organizaciones amigas de otros países, que puedan asumir y comprometerse con este problema.Es necesario también, comenzar a medir la fuerza que tenemos de hecho las organizaciones sociales, ya que si en el pasado supimos hacer resistencia y expulsiones de trasnacionales, sin duda debemos ser capaces de lograr mantener esa fuerza e incluso de incrementarla, y debemos por tanto también descubrir cuál es el camino que nos lleva a ese resultado.Todo esto implica un trabajo arduo, como es el que venimos haciendo ya desde hace años, y es lo que nos espera.
Enrique Corbellini(militante de organizaciones cerrenses)
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